lunes, 20 de octubre de 2008

La dama




La figura desapareció fugazmente entre los frondosos árboles. Su silueta era muy esbelta y unos largos cabellos negros como el azabache le ocultaban toda la espalda. Corría velozmente como si el mismo demonio la persiguiera, ningún obstáculo la frenaba en su trayectoria. Los sonidos de la noche se hacían cada vez más intensos pero el miedo no invadía su cuerpo. Transmitía una sensación de confianza y seguridad inalterables.

Estuvo caminando durante toda la noche, el paisaje nunca cambiaba, aquel bosque parecía no acabar nunca, sin embargo aquella extraña no aminoraba la marcha. Fue al fin, a la luz del alba cuando el ambiente en el que se encontraba cambió bruscamente. Como surgido de la nada, ante ella se extendía un pueblo de considerable tamaño en el que la tranquilidad y el sosiego eran notables.

Todo el mundo dormía y nadie parecía darse cuenta de la aparición de una extraña doncella en el pueblo. Con la claridad de la mañana podían apreciarse mucho mejor los rasgos de aquella muchacha. Era ciertamente hermosa, su rostro desprendía una gran luminosidad, pero lo que más resaltaba en ella eran sus hermosos ojos verdes. Tan verdes como las esmeraldas que parecían poder atravesar a cualquiera con lanzar una simple mirada. Su semblante era firme y parecía tener las ideas muy claras en su mente.

De repente como si de una loca se tratase empezó a gritar con una intensidad incontrolable. Todos los habitantes del pueblo se despertaron alarmados y salieron de sus casas rápidamente para comprobar qué estaba ocurriendo. A pesar de que el pueblo era bastante grande muchas casas estaban deshabitadas por lo que no habría más de cien personas en aquel momento.

La bella joven empezó a hablar enloquecidamente, diciendo palabras sin sentido que nadie comprendía. Nadie sabía qué hacer ni cómo actuar, cuando en ese preciso instante la joven se desvaneció. La conmoción se desató entre los habitantes:

- ¡Dios mío! ¡Llamen a un médico inmediatamente!

Un apuesto joven apareció de la nada. Era el hijo del médico del pueblo. Rápidamente cogió a la muchacha en sus brazos y ante la preocupación de todo el mundo la llevó a su casa. Nada más llegar la tumbó en una cama y llamó a su padre. Reinaldo era desde hacía muchos años el médico de aquel lugar. Nada más ver el rostro de la joven su expresión se volvió confusa. La exploró concienzudamente y tras finalizar dejó a su hijo Banistter al cuidado de la muchacha.

Poco después de que su padre se marchara algo raro ocurrió. La joven comenzó a balbucear unas palabras que apenas se entendían. Todavía no había recuperado la consciencia, parecía haber algo que le impedía despertar. Banistter prestó cuidadosa atención a lo que la joven decía aunque únicamente pudo distinguir dos palabras: muerte…peligro…

2 comentarios:

Galia dijo...

Hola!, a Mamá le ha encantado tu blog , es una devora libros y peliculas de terror, sin mencionar que su ilustradora favorita es Victoria Frances y tu blog le ha recordado mucho a sus libros... yo aun soy muy pequeñita, pero bueno, en cuanto entienda Mamá me contará tus historias, que segun ellas son muy buenas.
Sigue escribiendo, por que seguiremos visitandote

Un beso

Galia y Mama

Anónimo dijo...

Hola Yellow!!!

Happy Halloween!!!

Boooo!!!!

Besitos!!!