viernes, 31 de octubre de 2008

FELIZ HALLOWEEN!!!!!!!!!

En este día tan tenebroso y terrorífico os aconsejo que no salgais de vuestras casas....

Jjajajajajajajajajaja!!!!!!!!

Nunca se sabe quién podría aparecer detrás vuestra...... Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!

Deseo que paseis esta fiesta lo mejor posible y os divirtais que es lo más importante.

Un saludito escalofriante...JAJAJAJAJA


lunes, 20 de octubre de 2008

La dama




La figura desapareció fugazmente entre los frondosos árboles. Su silueta era muy esbelta y unos largos cabellos negros como el azabache le ocultaban toda la espalda. Corría velozmente como si el mismo demonio la persiguiera, ningún obstáculo la frenaba en su trayectoria. Los sonidos de la noche se hacían cada vez más intensos pero el miedo no invadía su cuerpo. Transmitía una sensación de confianza y seguridad inalterables.

Estuvo caminando durante toda la noche, el paisaje nunca cambiaba, aquel bosque parecía no acabar nunca, sin embargo aquella extraña no aminoraba la marcha. Fue al fin, a la luz del alba cuando el ambiente en el que se encontraba cambió bruscamente. Como surgido de la nada, ante ella se extendía un pueblo de considerable tamaño en el que la tranquilidad y el sosiego eran notables.

Todo el mundo dormía y nadie parecía darse cuenta de la aparición de una extraña doncella en el pueblo. Con la claridad de la mañana podían apreciarse mucho mejor los rasgos de aquella muchacha. Era ciertamente hermosa, su rostro desprendía una gran luminosidad, pero lo que más resaltaba en ella eran sus hermosos ojos verdes. Tan verdes como las esmeraldas que parecían poder atravesar a cualquiera con lanzar una simple mirada. Su semblante era firme y parecía tener las ideas muy claras en su mente.

De repente como si de una loca se tratase empezó a gritar con una intensidad incontrolable. Todos los habitantes del pueblo se despertaron alarmados y salieron de sus casas rápidamente para comprobar qué estaba ocurriendo. A pesar de que el pueblo era bastante grande muchas casas estaban deshabitadas por lo que no habría más de cien personas en aquel momento.

La bella joven empezó a hablar enloquecidamente, diciendo palabras sin sentido que nadie comprendía. Nadie sabía qué hacer ni cómo actuar, cuando en ese preciso instante la joven se desvaneció. La conmoción se desató entre los habitantes:

- ¡Dios mío! ¡Llamen a un médico inmediatamente!

Un apuesto joven apareció de la nada. Era el hijo del médico del pueblo. Rápidamente cogió a la muchacha en sus brazos y ante la preocupación de todo el mundo la llevó a su casa. Nada más llegar la tumbó en una cama y llamó a su padre. Reinaldo era desde hacía muchos años el médico de aquel lugar. Nada más ver el rostro de la joven su expresión se volvió confusa. La exploró concienzudamente y tras finalizar dejó a su hijo Banistter al cuidado de la muchacha.

Poco después de que su padre se marchara algo raro ocurrió. La joven comenzó a balbucear unas palabras que apenas se entendían. Todavía no había recuperado la consciencia, parecía haber algo que le impedía despertar. Banistter prestó cuidadosa atención a lo que la joven decía aunque únicamente pudo distinguir dos palabras: muerte…peligro…

miércoles, 1 de octubre de 2008

El bosque


Ajenos a lo que pasaba por la mente de Ileas, un grupo de hombres charlaban a la luz de la luna. Se encontraban en un bosque muy frondoso y la maleza los rodeaba con un aire amenazador. Uno de los hombres destacaba sobre el resto. Su estatura era sorprendente, cualquiera a su lado parecía una simple hormiga. Tenía unos rasgos muy marcados y avejentados, pero lo que más llamaba la atención eran sus ojos; unos ojos negros como el azabache y tan penetrantes que cualquiera se podría perder en ellos. Su aspecto lo convertía en un ser que irradiaba terror por todas sus partes.

Los demás miembros del grupo no parecían demasiado peculiares, únicamente resaltaba la gran cantidad de vello que cubría sus cuerpos. Todos parecían nerviosos, la intranquilidad y temor se apreciaba en el ambiente. En ese momento Centílope, el más alto de los hombres rompió el incómodo silencio:

- No debemos preocuparnos, sabéis que no tenemos nada que temer. La única persona que podría hacer fallar nuestro plan está en nuestras manos y nunca se convertirá en un peligro para nosotros. Le he encargado a Freudun que no bajara la guardia y lo vigilara muy de cerca.

- Sabes que no nos podemos confiar. Cada día noto en mayor medida que el poder del Elegido está aumentando a pasos agigantados. Debemos ser lo más prudentes posibles hasta que todo esto se acabe. Nada debe interrumpir nuestro trabajo.

- Tienes razón Raudonylos, no debemos confiarnos pero vamos a concentrarnos en lo realmente importante. Llevamos demasiado tiempo esperando el momento de nuestra venganza y ningún niñato nos lo va a impedir ahora.

Sumidos en su intensa conversación, ninguno de ellos advirtió una figura que se escondía entre los árboles. Su secreto no estaba a salvo.